Existen diferentes tipos de cabos según su fabricación:
1- De tres cordones (el más común de todos y muy resistente)
2- De cuatro cordones (posee un alma en su centro y una resistencia inferior al de tres cordones, aproximadamente un 10 %)
3- Calabrote o de 9 cordones (formado por tres cordones, compuestos cada uno de éstos a su vez por otros tres, ello le provee gran resistencia y elasticidad, pero al de tres cordones, aproximadamente un 40% menos.
En la actualidad los cabos que se usan son de fibras sintéticas, pero no son los únicos existentes, algunas barcazas aún utilizan los viejos cabos de fibras naturales; es bueno conocer las diferentes fibras:
Cabos de fibras sintéticas
Naylon: Es el más común de todos y el que mayor resistencia ofrece. Es dueño de una gran elasticidad y flexibilidad.
Poliéster: Llamado también "Trevira"; de menor resistencia que el naylon y de mayor peso. Tiene una gran ventaja; conservar sus características ante cualquier circunstancia (frío, calor, agua, etc). Es suave al tacto y de gran flexibilidad.
Polietileno: El de menor resistencia; tiene la capacidad de flotar en el agua, lo afectan las altas temperaturas.
Polipropileno: Tiene una muy buena resistencia, apenas inferior al naylon. Flota en el agua, al igual que el de polietileno y es el más ligero de todos. Una buena opción.
Cabos de fibra natural.
Cáñamo: Fabricado con la planta "Cannavis sativa", originaria de Rusia e Italia; Muy usado en la antigüedad para amarres y fondeos debido a su enorme resistencia.
Abacá: Procede de la planta "Musa textilis", es más caro que el cáñamo pero mucho más elástico y fuerte.
Sisal: Es de mayor aspereza que los anteriores y su resistencia es muy inferior.
Esparto: De la planta denominada "Macrobloa tenacísima", aún de menor resistencia que el sisal; no está recomendado para amarres ni fondeos.
En cuanto a la cantidad de cabo necesaria para fondear, debemos recordar que para un buen fondeo hay que dejar 5 veces la profundidad; 100 o 110 metros de cabo, parece una medida razonable para el fondeo, ya que es raro fondear a mucha profundidad, sobretodo en nuestro Delta; sin embargo siempre conviene tener una buena cantidad; nunca se sabe.
Al momento de amarrar es muy importante contar con un buen cabo, pero también con una buena guía y herraje para la sujeción, y así evitar que por el rozamiento o el movimiento se produzca el desacople de alguna de ellas.
Herrajes:
Bita.
Compuesta por dos columnas de hierro soldadas a una basada, sujeta fuertemente por pernos a la cubierta y a los baos. Se usa este tipo en la marina mercante, colocándose en las amuras y aletas para tomar vueltas a los cabos de amarre.
En las embarcaciones más pequeñas, la bita es un madero vertical que va atornillado a cubierta, o bien la traspasa y llega hasta la quilla. Va situada en el eje del barco, cerca de la proa.
Su función es amarrar el cabo del ancla.
Para amarrar el cabo, si la bita tiene travesaño se darán tres vueltas en ocho y al final una vuelta mordida; si no lo tiene, se darán tres vueltas sencillas y la cuarta pasará por debajo del cabo firme y el seno se pasará en la bita.
Cornamusa:
Pieza de metal (a veces de madera) en forma de "t", adecuada para amarrar los cabos.
En la actualidad, éstas empiezan a reemplazar a la bita, ya que tienen menor tamaño y un diseño más fino y moderno.
Las cornamusas van afirmadas a la cubierta, por lo que se pueden colocar dos, ofreciéndonos la posibilidad de manejar dos anclas.
El tamaño va de acuerdo con las medidas de la embarcación, y deben guardar relación con el cabo del barco.
Para amarrar un cabo a una cornamusa se deberá dar una vuelta entera simple, luego media vuelta en ocho simple y para terminar otra media vuelta en ocho, pero con vuelta mordida.
Guía.
Es también de metal, sirve para dirigir los cabos en un determinado sentido. Comúnmente se pueden encontrar dos en proa y dos en popa.
Es fundamental para no estropear la fibra o la madera de la embarcación, y principalmente para evitar el deterioro del cabo.
La guía debe tener un tamaño bastante mayor que el éste.
Tomadas todas las precauciones posibles, utilizando materiales de buena calidad y elementos con las condiciones adecuadas para cada embarcación, se evitará más de un dolor de cabeza.